La
palabra Folklore (voz inglesa , compuesta,
creada por William J. Thoms: folk, significa popular;
lore significa - referido al pueblo - ciencia o saber
) se refiere al conjunto de las tradiciones, creencias
y costumbres de las clases populares.
El folklore no deriva de la naturaleza
intrínseca de los bienes o fenómenos.
Nada es folklore por fatalidad de su esencia, sino
que se convierte en folklore debido a una peculiar
asimilación cultural, a una típica actitud
colectiva frente a ellos.
En consecuencia el folklore debe
ser concebido como un proceso, no como un hecho estático
e inmutable. Nada es folklórico por el sólo
hecho de existir, sino que llega a serlo si se cumplen
las etapas y condiciones de la trayectoria, las cuales
se enumeran a continuación: a) espacial o geográfica
(cambios por localización en regiones distintas;
b) temporal (cambios a través de épocas
y períodos históricos: de ahí
la distinción de folklore en estado naciente,
folklore vigente, folklore histórico); c) cultural
(traspasos de un estrato social a otro, cambios de
función, etc.
Lo fundamental y característico de la cultura
"folk" es que gran parte
de los elementos que la constituyen proceden de civilizaciones
y culturas pretéritas, asentadas en centro
urbanos y radiantes, por lo común alejados.
El término "folklore"
tiene diversas acepciones, comúnmente no diferenciadas
en el uso corriente: Como "complejo", "conglomerado"
o "contextura" integral de fenómenos
folklóricos funcionalmente trabados en un ámbito
determinado (lo que suele llamarse el folklore
de tal lugar, región, provincia o ámbitos
folklóricos).
Bien lo definió en 1887 el folklorista inglés
Houme, uno de los fundadores de la "Folklore
Society": Ciencia que se ocupa de la supervivencia
de las creencias y de las costumbres arcaicas en los
tiempos modernos.
Desde hace tiempo, largo ya, que se habla de: el folklore
se tiene que actualizar, no salen nuevas piezas folklóricas,
etc. Estos comentarios, avalados por muchísimos
comunicadores sociales y especialistas (sic), ya se
han vuelto como una especie de sabiduría popular,
llevando a muchos - por no decir casi todos- de los
argentinos, a la creencia de que el folklore es algo
que debe ser renovado, o que exige una renovación.
Se pretende que, por ser jóvenes los que hoy
mayormente manifiestan públicamente la pretensión
de hacer folklore, el mismo tiene obligatoriamente
que ser actualizado (sic).
Cuando se ha entrado en una exaltación de la
moda del folklore (?) nacional; cuando se habla constantemente
por los medios de comunicación, de una resurrección
del folklore, no queda otra que efectuar algunas reflexiones
sobre el particular, realizando un enfoque científico
del folklore en beneficio de la cultura.
La palabra folklore deriva de una
conjunción de palabras anglo-sajonas, que significan:
folk: gente, raza, pueblo, tribu, nación, música;
y lore: erudición, saber, enseñar, lo
que el pueblo sabe. Fue utilizada por primera vez
por Williams John Thoms el 22 de Agosto de 1846, en
una publicación de la revista Athenacum, resumiendo
una definición de todo aquello que involucre
la cultura de los pueblos y su indiosincrasia, a través
de los tiempos. Dentro de las definiciones, la más
aceptada es: ciencia que estudia la tradición
en los pueblos (Saintyves) . Cabe aclarar que, tanto
por una cuestión de aceptación universal,
más que nacional, se acepta que se escriba
con k, pero es aceptado el escribirlo con c.
"Generalmente se la conceptúa como la
ciencia que trata de las manifestaciones o bienes
culturales (costumbres, vestidos, danzas, etc.) del
pueblo, que en él han arraigado y que han sobrevivido
por varias generaciones a la época cultural
a que pertenecieron".
(Manual de Danzas Nativas, de P. Berruti)
Para
que algo sea considerado folklórico, según
la ciencia y los científicos estudiosos del
tema, debe considerarse como tal tomando en cuenta
tres aspectos esenciales :
a) ser anónimo
b) popular (nacido de gesta acontecimiento popular);
y posteriormente
c) ser tradicional, o sea, haber cumplido todo un
ciclo de adaptación y aceptación en
la conciencia cultural de ese pueblo.
Lo ignoto, lo que surge de leyendas o que tienen autores
pero que se perdieron en los tiempos, de tradición
oral, sin más pruebas que el saber que existe,
que se recopiló de muchísimas costumbres
ancestrales de las cuales no se tiene las referencias
de quiénes fueron sus autores, es lo que DEBE
considerarse Folklore.
Tenemos así, la música llanera, la gaita,
el galerón oriental, el calizo, el folklore
andino, el golpe tuyero, la gaita oriental, el folklore
larense, entre otros que surgieron netamente por espontaneidad
del pueblo, y no porque a alguien se le ocurrió
y la inventó, y si así fuera se desconoce.
Folklore viene del pasado y es del
pasado, para comprender el presente y hacer mejor
nuestro futuro, por eso, y como ya se dijera, no se
puede actualizar el folklore.
Hacer folklore no es volver al pasado
sino, por el contrario, traer el pasado histórico,
costumbrista, que significa rescatar los valores culturales
del pueblo (tan declamado en la actualidad y tan poco
respetado culturalmente).
Surge en el siglo XVIII después de las grandes
colonizaciones y el contraste que hubo entre europeos
y oriente o América. En ese tiempo una persona
culta era la que tenía más costumbres
europeas: lo alejado de lo natural. Lo cual es distinto
a lo que había en América o en Asia,
que vivían más apegados a lo natural.
La antropología como ciencia social ha sido
la disciplina que generalmente ha efectuado estudios
sobre la cultura, referidos a su definición,
su significado como proceso social y dentro de una
sociedad determinada, así como la descripción
científica de la cultura de una sociedad.
El auge de los movimientos migratorios ha replanteado
la cultura como difusión y luego asimilación
de valores materiales y espirituales, siendo las influencias
mútuas y creando una melage o híbrido
de dos o más culturas con su expresion en el
lenguaje, la gastronomía, el culto religioso,
las artes populares, el folclore, etc.